Por: CP & MBA José Francisco Sandoval Villegas
Como parte de la “dignificación” del trabajo este gobierno tiene pensado entre otras cosas además de aumentar de manera significativa el salario mínimo para los trabajadores y el número de días de vacaciones, ahora apunta al número mínimo de días (30), que el trabajador tendrá derecho a recibir aguinaldo. (Por el momento sólo es una mera propuesta aún no se ha aprobado nada, hay que tomar esta información con cautela).
Así es, la propuesta ya fue ingresada al Congreso de la Unión y forma parte de un plan que tanto gobierno federal como los países miembros de la OCDE y el Tratado de Libre Comercio con América del norte se tienen que llevar a cabo para contribuir de esta forma a la competitividad y mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos que sean trabajadores en estos países.
El tema puede ser incluso analizado de manera mucho más profunda del sólo inferir que son simples cambios a las leyes, porque tal como pasó con el tema de las vacaciones la brecha de diferencia que existía entre un trabajador de gobierno y un trabajador de la iniciativa privada era abismal, al momento de que un trabajador de gobierno podría gozar de periodos vacacionales de 20 días hacia arriba, mientras que en la iniciativa privada empezaba en 6 días y llegar a periodos de 20 días podría representar toda una vida en la empresa.
Pues lo mismo pasa actualmente con prestaciones como el aguinaldo, mientras que en la iniciativa privada el mínimo es de 15 días, en el sector público hay aguinaldos de hasta 45 días o 60 días, una situación que puede considerarse hasta inmoral tratándose de servidores públicos como los diputados, senadores y demás sanguijuelas del sistema.
El tema no es menor al momento de plantearlo a la realidad económica del país porque al igual que con el tema de las vacaciones el patrón hace la misma pregunta de siempre ¿Y ahora de donde demonios voy a sacar para pagar los aguinaldos?
Mientras que estas “adecuaciones” para poder encajar en los planes que tienen los gobiernos sean implementados sin ninguna estrategia (como lo ha sido hasta el momento) siempre quienes padecerán las consecuencias serán los empresarios, sus empresas y desgraciadamente los trabajadores que por imposibilidad de cumplir con la ley tal cual de las empresas puedan perder sus empleos.
Recomiendo independientemente de que se apruebe o no dicho cambio, que se utilicen esquemas de ahorro a lo largo del año, que le permita a la empresa poder cumplir a cabalidad con esta obligación y que al final de año no se vean inmersos en dificultades financieras como les sucede a la gran mayoría por querer juntar dinero para los aguinaldos
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