Por: CP & MBA José Francisco Sandoval Villegas
El actual esquema de facturación hay quien lo podría definir como “hacer difícil lo fácil” y es que para quienes recuerdan el esquema ya antiguo de hacer facturas en papel podría decir que sacar una factura el día de hoy es todo un suplicio y en muchas de las ocasiones tendrá razón dependiendo de la dificultad técnica de la operación que quiera amparar en la factura.
Cuando anteriormente hace tiempo las facturas eran documentos impresos, no por el contribuyente sino por un “impresor autorizado” el esquema era que en ese documento con copia o copias se debía de escribir la información respecto de la operación que se estaba realizando.
Este trabajo por sencillo que pareciera en ocasiones también requería cierta experiencia en el correcto llenado del documento, y en caso de que el contribuyente se equivocara el cancelar estos documentos implicaba cierto procedimiento para poder informar a la autoridad los folios que se cancelaron.
Luego entonces con los distintos avances tecnológicos de hoy en día llegó el esquema digital al mundo de la facturación y permitieron por sobre todas las cosas ahorrar cantidades impresionantes de papel y en segundo lugar tecnificar tanto a la autoridad como a los contribuyentes en este esquema digital.
A lo largo de estos años este esquema digital ha ido evolucionando cada vez más enfocado a una fiscalización bastante severa por parte de la autoridad, al momento de requerir datos que le permiten saber exactamente todo lo referente a la operación que en las facturas (o CFDI es el nombre técnicamente correcto), comprobantes como las Cartas Porte que rayan en la exageración respecto de los requisitos representan verdaderos dolores de cabeza y todo un reto para el contribuyente poder cumplir a cabalidad con las condiciones que en ellos se plasman.
El ecosistema digital que ha construido el SAT se ha convertido en uno de los mejores a nivel mundial para efectos de fiscalización, sin embargo, también se ha convertido con cada actualización un verdadero calvario para los contribuyentes el poder cumplir con las exigencias tanto de la legislación como de las especificaciones técnicas que estos CFDI exigen.
En un sentido de actualidad tecnológica es innegable que se necesitan este tipo de herramientas y facilidades como el poder hacer una factura desde el teléfono celular, pero el problema se presenta en las distintas modalidades de saber si lleva retención, si lleva retenciones estatales, a que tasa, que si los municipios retienen IVA o no, etc. Características que son propias de las distintas operaciones que se podrían presentar de acuerdo a las operaciones del contribuyente.
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